martes, 16 de junio de 2009

LOS ESPÍRITUS TERRITORIALES 1

Por C. Peter Wagner

Uno de los primeros trabajos que publiqué sobre los espíritus territoriales apareció como una pequeña sección de mi libro "How to Have a Healing Ministry without Making Your Church Sick" (Cómo tener un ministerio de sanidad sin que tu Iglesia se enferme) (Regal Books) . Sin desarrollar temas teológicos demasiado precisos, lo que básicamente deseaba era reunir algunas de la experiencias reales de individuos que ministraban en diferentes partes del mundo como casos de estudio que pudiéramos tener a la vista mientras nos adelantábamos a librar guerras espirituales a nivel estratégico.

En muchos lugares, el enfrentamiento de poder es una clave para la diseminación del Evangelio. Pero hay una subcategoría del enfrentamiento de poder que tiene gran eficacia para acelerar la evangelización del mundo y acerca del cual los líderes cristianos parecen conocer poco. Me refiero a quebrantar el poder de los espíritus territoriales.

En 2 Corintios 4:4 leemos que Satanás ha tenido éxito en cegar las mentes de los incrédulos para que no puedan recibir el Evangelio. Esto indudablemente se refiere a individuos, pero ¿pudiera referirse también a territorios? ¿Pudiera signi¬ficar naciones? ¿Estados? ¿Ciudades? ¿Grupos culturales? ¿Tribus? ¿Relaciones sociales? En la parábola del sembrador, Jesús dijo que la semilla de la Palabra que cayó en el camino no produjo fruto porque "en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones" (Marcos 4:15). La teoría de la expansión de la Iglesia hace tiempo que reconoció el fenómeno de los pueblos que resisten. ¿Pudiera ser que al menos algo de esa resistencia fuera causada por obra directa de las fuerzas satánicas?
La mayor batalla de Sumrall

Como ejemplo observemos un suceso extraordinario que tuvo lugar hace unos años en las Filipinas bajo el ministerio de Lester Sumrall. Nos cuenta que salió en una misión de expansión del Evangelio hacia las Filipinas, pues sintió que Dios le había hablado diciéndole que fuera y que grandes cosas sucederían. Pero después de cinco meses de predicar, solamente cinco personas se habían salvado. Era obvio que algo andaba mal.

Una noche Sumrall escuchó por el radio de una mujer llamada Clarita Villanueva que estaba en la Prisión de Bilibid. Al parecer una criatura invisible la estaba mordiendo, deján¬dole profundas marcas de dientes en el cuello, brazos y piernas. Con frecuencia ella se comportaba como un animal, mordiendo, arañando y pateando a los doctores. Los medios de comunicación detallaban su caso. Durante la transmisión radial Sumrall sintió que Dios lo llamaba a ir a la prisión y echar los demonios fuera de ella. Oró toda la noche y a la mañana siguiente pidió permiso del alcaide. Este contestó que ella era una bruja y que no se permitía que nadie se le
acercara. Pero después que Sumrall firmó un documento legal exonerándolo de responsabilidad, le permitieron ir a su celda.
Al momento de verla, uno de los demonios le habló en inglés (aunque la mujer no sabía hablar inglés) diciendo: "¡No me gustas!" Maldijo a Sumrall, a Dios y a la sangre de Cristo. Sumrall cuenta: "Me enfrasqué en la batalla más grande de mi vida", pero mediante el poder del Espíritu Santo él los expulsó y la condujo a Cristo. Sumrall informa que "150,000 personas se salvaron a causa de este gran milagro" y "A partir de ese día Filipinas ha experimentado un aviva-miento."

No estoy seguro de que sepamos de hecho si lo que se quebrantó entonces fue el poder de uno o más espíritus territoriales. Pero en años recientes el ritmo de crecimiento de la iglesia ha aumentado enormemente en Filipinas. Cito este suceso porque pienso que es una clase de ministerio que tendremos que tomar más en serio de lo que muchos de nosotros ha hecho hasta ahora. Creo que debería pensarse —usando la liberación de Clarita Villanueva como hipóte¬sis de que pueden haber tenido lugar algunos cambios cósmicos— que ésta sería una vía potencialmente fructífe¬ra de investigación para el crecimiento del evangelismo y la iglesia.

Espíritus argentinos

Entre mi círculo de amigos personales, el que ha tenido la más extensa experiencia en lidiar contra espíritus territoriales es el argentino Ornar Cabrera, pastor de la Iglesia Visión del Futuro. Una característica única de su iglesia es que está descentralizada, y se reúne simultáneamente en 40 o más ciudades por toda la región central Argentina. Ornar y su esposa Marfa viajan 7,000 millas al mes, casi siempre en auto, dirigiendo la iglesia que alcanza a unos 90,000 miembros. ¿Cómo se mueve a una nueva localidad para su iglesia?

Su procedimiento acostumbrado, después de seleccionar el lugar potencial, es registrarse en un hotel y aislarse solo en una habitación en oración y ayuno. Por lo regular él da de margen los primeros dos o tres días para permitir que el Espíritu Santo lo limpie, lo ayude a disociarse de sí mismo y a identificarse con Jesús. El siente que "deja el mundo" y entra en otra dimensión donde tiene lugar la guerra espiritual. Los ataques del enemigo a veces se vuelven fieros. Incluso ha llegado a ver algunos espíritus en forma física. Su objetivo es aprender sus nombres y quebrantar su poder sobre la ciudad. Por lo regular le toma de cinco a ocho días, pero algunas veces es más. Una vez pasó 45 días en conflicto. Pero cuando termina, la gente se salva y se sana en sus reuniones, incluso antes de que empiece a predicar o a orar por ellos.

Ya he descrito el tremendo crecimiento de las iglesias en Argentina hoy en día y el evangelismo de poder que lo acompaña. He hablado durante horas con amigos como Ornar Cabrera y Ed Silvoso, escuchando cómo analizan lo que parece haber tras el extraordinario movimiento de Dios en esa nación desde la guerra de las islas Malvinas en 1982. Una hipótesis se relaciona directamente con el tipo de lucha cós¬mica que describo aquí.

En la época en que Juan Perón regía el país, tenía como consejero principal a un brujo, José López Rega, que era un gran sacerdote de la secta Macumba de espiritismo. Silvoso cuenta que López Rega era el poder "de facto" detrás del gobierno, infiltrando los medios de comunicación, el mundo de los negocios, y el militar. Una ola de actividad demoníaca barrió el país. La gente daba testimonio en la televisión nacional de cómo los estaba ayudando la Macumba. Por desgracia, la comunidad evangélica estaba mal equipada para enfrentarse a esto. Como me dijo Silvoso: "Teníamos alguna doctrina, pero éramos impotentes para combatir a las fuer¬zas demoníacas". La iglesia no había crecido casi durante décadas.
Se rumora que cuando López Rega dejó el gobierno, dejó una maldición sobre Argentina que provocó las atrocidades inhumanas que se cometieron durante el gobierno militar desde 1976 a 1981. No se conocían los derechos civiles. Ahora se sabe que miles de personas que desaparecían sin dejar rastro, eran violadas, torturadas, asesinadas brutalmente y arrojadas en fosas comunes secretas, o echadas al río. Entonces vino el cambio en 1982. No sabemos todavía lo que sucedió en realidad en el plano cósmico en 1982, pero, mucho más que en cualquier otro lugar que yo sepa, los más promi¬nentes líderes cristianos de Argentina, como Ornar Cabrera, Carlos Anacondia, Héctor Giménez y otros, desafían y mal¬dicen a Satanás y a sus fuerzas demoníacas, tanto orando en privado como en las plataformas públicas. Parece que la nación como un todo está enfrascada en un enfrentamiento mundial.

Los espíritus en otras tierras

Cuando hace años me encontré a Ornar Cabrera, me pregunté si su ministerio de quebrantar el poder de los espíritus terri¬toriales era único o si otros podrían saber algo de eso también. Desde entonces mi investigación ha descubierto muchos in¬formes de diferentes partes del mundo que parecen confirmar la realidad de lo que estamos comentando. Por ejemplo: Timothy Warner, de Trínity Evangelical Divinity School, cree que en especial los misioneros pioneros necesitan estar pre¬parados para quebrantar los poderes de los espíritus que rigen territorios. Relata incidentes de misioneros entre los indios del Canadá y los papúes de Nueva Guinea donde de hecho se hizo esto.

Paul Yonggi Cho describe una entrevista con un capellán presbiteriano norteamericano que había sufrido un árido mi¬nisterio entre los militares en Alemania, pero en Corea "de repente el cielo se abrió y el Espíritu se derramó". Cho dice que en Alemania "los poderes de los cielos no se quebranta¬ron porque la iglesia alemana no oró". En Corea la "atmósfera del aire" es diferente, porque las diabólicas potencias cósmi¬cas han sido quebrantadas. En Corea, dice Cho "no tenemos

tanta contaminación porque somos una iglesia que ora". Y menciona las vigilias o las reuniones de madrugada para orar, o las montañas de oración que son una parte muy importante de la vida de la iglesia coreana.

Jack M. Chisholm, pastor de la Iglesia Presbiteriana de Glendale, California, hizo un viaje investigativo a Corea. Entre muchas lecciones para crecimiento y renovación apren¬dió su recién encontrada convicción de que necesitamos ser capaces de "destruir fortalezas, derribar torres y liberar a las personas". El cree que la nueva ola del poder del Espíritu Santo que muchos de nosotros está viendo "romperá los espinazos de las instituciones satánicas que atan con yugos a las naciones así como a los individuos.

En la revista World Christian (El cristiano mundial) Bill Jackson cuenta de una pareja misionera en Tailandia, que no vieron fruto durante años hasta que decidieron fijar un día a la semana para irse a los bosques y enzarzarse en una guerra contra los espíritus territoriales. A esto siguió una ola de conversiones. Jackson cree que los miles de personas que no se han convertido todavía es porque están bajo la garra de Satanás, y "El Evangelio no progresará en estos pueblos hasta que atemos a los espíritus que los atan a ellos, ya sean estas fuerzas engañosas del Islam, del hinduismo o de cualquiera de la miríada de otras sectas".

En estos últimos años las iglesias de Brasil han crecido muy rápido, pero muy despacio en el vecino Uruguay. Un misio¬nero que encontró Ralph Mahoney de World MAP tuvo una extraña experiencia mientras distribuía trataditos en una pe¬queña población en la frontera de Brasil y Uruguay, donde la calle principal divide las dos naciones. Encontró que en el lado de Uruguay nadie aceptaba los trataditos, mientras que en el lado de Brasil los recibían agradecidos. Y aun indivi¬duos que los rechazaban en el lado de Uruguay, cambiaban su actitud y los aceptaban en el lado de Brasil. La interpreta¬ción del misionero fue que "al cruzar la calle salían de bajo la capa de tinieblas de Uruguay a un país que ha experimen¬tado, en parte, el
levantamiento de esa capa".

¿Cuáles son sus nombres?

Mark I. Bubeck percibe a Satanás como el comandante en jefe de las fuerzas de las tinieblas, a la cabeza de una estructura jerárquica de espíritus diabólicos. Los más poderosos son "principados" o "príncipes". Bubeck piensa que ellos tiene un vasto poder y un cierto grado de independencia de acción. Bajo éstos hay "potestades" "probablemente más numerosas y algo menos independientes y poderosas que los príncipes". A continuación vienen los "gobernadores de las tinieblas" que sirven como suboficiales. Finalmente vienen los "espíri¬tus malvados" o "demonios".

Paul Lehmann, un misionero en Zaire de la Alianza Cris¬tiana y Misionera, publicó recientemente una lista de nom¬bres de demonios que él expulsó de un curandero, Tata Pembele. Estos incluían "Guardián de los antecesores", "Es¬píritu de viajes", "Alimentador de los muertos", "Salvador de la hechicería", "Voz de los muertos", "Diseminador de enfer¬medades", "Paralizador", "Destructor en agua" y muchos otros. A través de ellos el curandero había ejercido un gran poder.

Los brujos de Los Angeles le cantan a "Isis", "Astarté", "Hecate", "Demeter", "Kali" e "Innana". Otros se inclinan a "Cerridwen", "Madre de la tierra", y "Cernunnos", "Padre de los bosques". Paul Kauffman ha identificado como "Narai" a un espíritu principal de Tailandia. Los indios de los Andes reconocen el poder de "Pachamama", "Inti" y "Viracocha". Algunos mexicanos sienten que el dios azteca de la guerra "Huitzilopochtil" todavía ejerce poder.

Aparentemente en Daniel 10 se mencionan los nombres de dos espíritus territoriales. El habla de un ángel de Dios que venía a ministrarle, el cual fue demorado a causa de una guerra espiritual contra "el príncipe del reino de Persia" (v. 13; ver también el v. 20) y a quien después esperaba una batalla similar contra el "príncipe de Grecia" (v. 20). Pablo se refiere a ellos como principados y potestades y "huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:12).

E1 espíritu de Merigildo

Edgardo Silvoso fue el orador en uno de nuestros recientes retiros de oración que tuvo lugar en la Iglesia Congregacional de Lake Avenue en Pasadena, California. Uno de sus temas fue la guerra espiritual. Contó cómo en 1985 él y algunos amigos habían tomado un mapa, trazado un círculo de 100 millas de radio alrededor de su centro de entrenamiento para líderes "Evangelismo para la Cosecha" cerca de Rosario, Argentina, y descubrieron que dentro del círculo habían 109 pueblos sin iglesia evangélica. Entonces hallaron que durante mucho tiempo, en un pueblo llamado Arroyo Seco había ejercido gran poder un mago llamado Merigildo. Este había entrenado 12 discípulos, y al morir, transfirió su poder a un manantial. Una vez descubierto esto, los líderes cristianos de la zona, pentecostales y no pentecostales, se congregaron para celebrar una reunión de oración a fin de hacer la guerra espiritual. Silvoso informa que esa fue la reunión de oración más poderosa a que él haya asistido nunca. Y tomaron el poder sobre la zona en el nombre de Jesús.
Seis de ellos fueron al cuartel general de Merigildo en Arroyo Seco, Silvoso entre ellos. Les notificaron pública¬mente que estaban derrotados por la sangre de Cristo, apun¬taron su auto hacia el edificio del cuartel general y quebran¬taron el poder diabólico en el nombre de Jesús.

¿Los resultados? Menos de tres años después que el poder de Merigildo había sido quebrantado, 82 de los 109 pueblos tenían una iglesia evangélica, y se estaban estableciendo rápidamente otras.

Hay mucho que aprender acerca de resistir al diablo. Tene¬mos muchas preguntas y no suficientes respuestas. Pero una respuesta que sí tenemos es que Jesús está edificando Su Iglesia, y que el poder del Espíritu Santo es más que suficiente par que las “puertas del hades no prevalezcan sobre ella” (Mateo 16:18)

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